lunes, 9 de septiembre de 2013

Los maestros y la izquierda extraviada

¿Y qué opino de la campaña de la CNTE en resistencia a la reforma educativa?

Bueno, pues opino que cualquier modelo educativo, en cualquier momento, así como ha sido construido histórica y culturalmente debe estar permanentemente sometido a la crítica y abierto al cambio.

Opino que esto vale desde luego particularmente para los agentes del modelo educativo, es decir también para los maestros. Y también, cómo no, para quienes cobran -dinero público- como maestros pero realmente no lo son porque no tienen formación profesional, no lo son porque son pésimos académicamente, y no lo son ¡porque no dan clases y abandonan a sus alumnos!

Opino que si la crítica y el cambio del modelo escolar no han sido posibles en México es precisamente por la previsible resistencia de quienes ven amenazados sus privilegios, incluso los nuevos Gordillos de la CNTE.

Opino que es risible y pueril la coartada de que debe cambiar el conjunto antes de que cambie alguna de sus partes, como si el cambio del conjunto no fuera posible precisamente por la suma -dialéctica, si quieren- de sus partes.

Opino que me parece injusto incluso que quienes reprueben tres veces (¡tres veces!) mantengan su chamba como burócratas de escritorio.

Opino que son indefendibles quienes replican los peores vicios de la misma vieja burocracia sindical, que en el camino terminaron siendo lo mismo que atacaban hace treinta años cuando ganaron mi solidaridad y la de tantos otros desde la izquierda.

Opino que me da vergüenza ajena encontrar a algunos viejos compañeros de entonces como los "tontos útiles" de estos hijos de puta.

Agrego el jueves 19: Por fin sé, por la columna de Carlos Puig, de qué va el tal "mejor video" sobre la reforma educativa (o sobre la reforma constitucional y las primeras tres leyes en ese sentido) que ha circulado en las redes sociales...

Pues no, no creo que sea obsesionarse por "que los choferes estén muy limpios y traigan corbata", sino ocuparse -nada menos- de que sepan manejar, que sólo contraten a los mejores sobre todo si van manejando en tan malas condiciones un camión lleno de niños -y que no dejen abandonados a sus pasajeros para irse a protestar-, que despidan al que tal vez está manejando el camión sólo porque su padre era chofer y lo miraba manejar, o porque a alguien le pagó para que le consiguiera la chamba... Por cierto, a quienes no aprueben tres evaluaciones (¡tres!), incluso después de cursos de capacitación gratuitos, igual seguirán pagándoles -con dinero público, mucho dinero público- ahora como despachadores o como trapeadores de esos camioncitos... Pésima analogía del profesor Gil.

Sigo pensando que una reforma educativa en México sólo podía iniciarse así, golpeando los viejos privilegios sindicales. Y como he dicho, lo siguiente tendrá que ser la reforma de las escuelas normales, particularmente de las rurales. O sea que, sí, la bronca apenas empieza.

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