Esa
asombrosa simpleza, que asombrosamente se mantiene a través de los
años, como si nada hubiera cambiado. O sí, como si todo cambiara menos
la izquierda reaccionaria, la izquierda que se quedó en la pura reacción
a la realidad. Como de manual de periodismo de nota roja, fuente de
tantas burlas: todo asesino es torvo, toda fuga es con rumbo
desconocido... así, para los malperdedores toda detención
es arbitraria, toda acción policiaca es represiva, toda manifestación
es pacífica... la "dulce violencia" del "pueblo bueno", la oposición
adolescente, oposición malcriada, que chilla para que la atiendan y
golpea para hacerse de una figura paterna a quien odiar...
La ex defensora del lector de El País previene de "los francotiradores de un periodismo de dosier disfrazado de periodismo de investigación". Le queda el saco a alguna periodista santona de nuestra izquierda adolescente, y a tantos que juegan al periodismo -sin saber, sin pensar- en las redes sociales. Por cierto, Epigmenio ya explicó que su volada fue porque tuiteaba mientras reporteaba y que corrigió enseguida. Vale.
orge Fernández Menéndez: "...esta reforma a la que en realidad exhibe y coloca contra la pared es a la CNTE, que se opone sistemáticamente a todos y cada uno de los puntos que incluye la reforma educativa, una organización que es la base de movilizaciones tan violentas como las del 1 de diciembre pasado y que es parte, también, de los principales contingentes (y contribuyentes económicos) de fuerzas como Morena..." Para eso sirvió la provocación, y la distracción. Cierto, después del SME tenía que seguir la CNTE.
Tarea para 2013, que recuerda Leo Zuckermann: "Un debate de la más alta importancia para el país: ¿qué tipo de Estado queremos, cuál es su costo y cómo puede financiarse? Si uno lee el Pacto por México, hay una propuesta de un Estado benefactor, muy activo y desarrollista. Eso lo apoyan los tres principales partidos políticos (PAN, PRI y PRD) además del nuevo gobierno federal. Muy bien. Pero 46 de los 95 compromisos firmados están sujetos a una reforma hacendaria. Esto, en buen español, significa que deben revisarse los gastos que realiza el sector público y también los ingresos incluida, desde luego, la posibilidad de elevar las tasas de los impuestos directos e indirectos". A prepararse para la discusión. Sin infantilismos ni distracciones. Digo.
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